* Introducción de las cartas del apóstol San Pablo, a los Efesios:
Aquí todo es enseñanza, no hay noticias ni mensajes personales para una comunidad precisa, sino una larga exposición sobre la salvación del mundo. Estaba, sin duda, destinada a las iglesias de la región de Efeso. ¿Adónde va la humanidad? ¿Cuál es su salvación? Y Pablo nos responde desde su prisión de Roma. Como lo recuerdan los Hechos (28,16 y 30), Pablo estaba prisionero en Roma por los años 60. En esa capital del único mundo que conocían entonces los occidentales, tuvo todo el tiempo para evaluar las doctrinas que circulaban por el Imperio Romano. Venían del Medio Oriente, donde preocupaban muy especialmente a los cristianos de la región de Efeso. Esas nuevas religiones pretendían abrir a todos un camino de salvación, rivalizando así con la fe en Cristo, único salvador de la humanidad única.
* El misterio de Cristo y la iglesia
El apóstol Pablo es quien nos habla acerca del misterio de Dios. Esta es una expresión propia de él. En Colosenses, en Efesios, y en un versículo al final de Romanos se nos habla del misterio de Dios, y se nos dice que ese misterio estuvo escondido desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos. ¿Y en qué consiste ese misterio? ¿Qué es un misterio? Un misterio es algo secreto, es algo que no se ha manifestado, pues está oculto; y dice la escritura, que Dios ha tenido desde la eternidad un misterio, un secreto guardado, en lo más profundo de su corazón y que ese misterio de Dios tiene que ver con el por qué Dios ha creado todas las cosas."La iglesia es en Cristo como un sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano” En la iglesia es donde Cristo realiza y revela su propio misterio como la finalidad de designio de Dios: "recapitular todo en El" “Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos como las que están en la tierra.” El misterio de la voluntad de Dios que ahora ha sido revelado es reunir todas las cosas en Cristo. ¿Qué significa reunir? Reunir significa traer bajo el gobierno de Cristo la totalidad de las cosas para que Cristo pueda llenarlo todo. Poner todo bajo su Hijo para que su éste pueda llenarlo todo.
Comportamiento cristiano unidad y amor
No es suficiente contemplar el “misterio de Cristo” y bendecir al Padre por su designio de amor. Hay que vivir ese misterio y ser consecuentes con ese designio. Si en Jesús han sido “reunidas” todas las cosas, ¿cómo los cristianos podemos vivir desunidos? En la iglesia hay diversidad de dones y de funciones, pero esa necesaria diversidad, lejos de ser un obstáculo para su unidad, tiene que contribuir a enriquecerla y a ponerla más de manifiesto. Como todo cuerpo y a la manera de un “edificio”, la iglesia debe crecer constante y armónicamente con el aporte de todos, hasta alcanzar “la madurez que corresponde a la plenitud de Cristo” Pero la unidad cristiana tiene que ser el fruto de la vida nueva que recibimos al revestirnos de Cristo en el Bautismo. Lo mismo debe decirse de todo el comportamiento cristiano. Como “hijos de la luz” estamos llamados a imitar a Dios, practicando el amor incomparable de su Hijo en nuestras relaciones con los demás. De una manera particular, ese amor debe resplandecer en la vida conyugal, a la que Pablo presenta como un signo privilegiado de la unión de Cristo con la “iglesia”.
* Introducción de la carta de San Pablo a los Filipenses
Esta carta, verdadera de Pablo, llena de atenciones y delicadeza, que envió desde la prisión a la comunidad que siempre se había preocupado más por él. Más de una vez Pablo había contado con su ayuda material, mostrando así la confianza que tenia en ellos. Habitualmente, para evitar cualquier suspicacia de interés personal, prefería ganarse la vida dedicándose totalmente a su misión. En esta carta encontraremos esa celebre página: tengan unos con otros las mismas disposiciones de cristo.
* Introducción de la segunda carta a Timoteo
Se presenta como si hubiera sido escrita por Pablo desde su prisión de Roma, poco antes de su muerte. De hecho, no hay razón para dudar de la autenticidad de algunos detalles que Pablo da respecto a su situación a la espera de su sentencia. Pero, para los demás, tanto Pablo como Timoteo no son más que una pantalla; los consejos y advertencias de Pablo son en realidad los que el autor de la carta quería dar a los ministros de la iglesia, alunas décadas después de la muerte del apóstol.
Belen Elizeche, Ana Canton, Lorena Méndez, Agustina Nociforo.
sábado, 6 de septiembre de 2008
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